Por Erik Mejia
Cada niño a estado vinculado a un buen cuento de hadas que le deja además de una sensación de plenitud al saber que el héroe es vencedor algo más que se queda en su inconsciente, esa parte riquísima de folclore que es vital en la identidad de cada nación y que es la muestra de como hemos evolucionado y sobre todo de lo que hemos aprendido de mera tradición oral; pero los cuentos nunca fueron tan dulces como hasta ahora, en un principio tenían connotaciones mucho más oscuras y diversas como las que gustoso les daré a conocer a continuación.
Los cuentos han formado parte de nuestras vidas desde tiempos inmemorables cuando estos formaban un recurso inmediato para dar respuesta a lo que acontecía a nuestro al rededor y con lo cual se convirtió en nuestra forma más próxima de aprendizaje y entretenimiento que tiempo después con la mano de folcloristas y estudiosos, que en gran parte lo que buscaban era dejar un legado cultural que no fuera olvidado, se recuperarían miles de cuentos los cuales se les daría una forma mas académica; como los hermanos Grimm que percibían los cuentos como una conciencia colectiva integrada en una tradición oral vernácula de narración de cuentos, los Grimm son de los mas fuertes exponentes en esta área y se les reconoce por la tarea hercúlea de recopilar cuentos de su nación para la posteridad, además de ser los primeros en darle, como ya mencionamos, un caracter universitario a todo su trabajo de recopilación, sin contar con que atraerían a más público infantil; los Grimm no fueron los únicos con esta visión conservadora, en Paris Charles Perrault sobresalió con sus cuentos que como lo Grimm tomaron más tarde un caracter atemperado a consecuencia del creciente público infantil y la naturaleza misma de los cuentos; mucho después encontramos en Rusia a uno de los más grandes folcloristas Alexander Afanasiev, en lo personal de mis favoritos, que se aboco a reunir cuentos eslavos de tradición oral, el trabajo de Afanasiev es importantísimo pues fue el primero en publicar como tal estos cuentos que estaban perdidos y que sin su intervención habrían sido totalmente olvidados; hay infinidad de autores que han dejado huella en este genero que no alcanzaríamos a verlos todos y por si fuera poco sin irnos muy lejos en México encontramos a Carmen Leñero que hace poco saco su segundo ejemplar de monstruos mexicanos donde intenta rescatar seres y criaturas de nuestra mitología, la mayoría por cuentos que le narraba su nana cuando niña, les recomiendo ampliamente monstruos mexicanos de Carmen Leñero no se arrepentirán, además de estar ilustrados de una manera increíble por el chileno Claudio Romo; después de este paréntesis gustoso les contare un par de las tragedias más conocidas dentro de los cuentos.
Antes de darle este carácter mas light los cuentos estaban cargados de elementos mezquinos, vengativos y sobre todo eróticos, como podremos recordar a la hermanastra mayor de Cenicienta que al no quedarle la zapatilla de oro se corta el dedo pulgar a petición de su madre al igual que la hermanastra menor se rebana el talón para que calce la zapatilla, al final estas hermanastras tendrán su merecido cuando en la boda de Cenicienta las palomas, que simbolizaban el espíritu de la madre de Cenicienta que siempre le hacia compañía, les sacan los ojos por a ver tratado de una forma tan baja a la chica y la madrastra no se queda atrás, pues es obligada a bailar toda la noche con zapatillas de hierro al rojo vivo; otra pobre víctima fue la bella durmiente pues sufre más de una violación por parte del príncipe, quien aparte era casado, el cual la deja embarazada varias veces hasta que los mismos niños sacan de su eterno sueño a su madre mientras ella lactaba; la siguiente desdichada se le conoce como la sirenita quien al final del cuento se sacrifica en pos de la felicidad del príncipe y se convierte en espuma; para finalizar nuestros breves ejemplos recordaremos a la que, posiblemente es la más famosa y a pasado de libros, películas, ilustraciones hasta disfraces en sexshop, hablo de la pobre caperusita roja, la cual en un principio no tenia ese nombre, simplemente se le conocía como el cuento de la abuela, donde a grosso modo la niña al llegar a casa de su abuela se encuentra con el lobo vestido con las ropas de la misma, la cual ya había sido devorada por el, para justo después hacerle comer carne que era de la abuela y beber también su sangre, esto por supuesto tras la fachada de ser comida y bebida ordinaria, después le pide se quite cada prenda que trae puesta para arrojarla al fuego, pues no la necesitara nunca más, para después pedirle se meta a la cama completamente desnuda y justo al final la pobre tendrá el mismo destino que su abuela.
Los cuentos además de contarnos historias míticas y fantásticas se han convertido en códigos que son básicamente reconocidos a nivel mundial, forman parte de un espectro cultural imperecedero que ha cambiado aspectos de como percibimos cosas como el arte, el cine, la literatura, inclusive han marcado como tal conceptos como todos bien conocemos que es "ser una cenicienta", "besar tantos sapos como sea posible para encontrar al príncipe azul" o "tener cuidado con el lobo", pero ahora entramos a la disyuntiva si los cuentos son buenos o malos, adecuados para los niños o adecuados para los adultos, la verdad es que eso solo importa dependiendo de la dirección he intención que se le da a la historia, porque si bien no es lo mismo la caperusita roja de cine mexicano a comparación del cuento eslavo erótico y que contiene a una caperusita caníbal y despistada si deben ser apreciadas desde el contexto cultural, tanto este cuento como todos los demás, pues forman parte de un gran legado que es imperativo conservar, difundir y disfrutar.
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